LOS DERECHOS DE LA FE
Vamos a hablar de
Nos bautizan por lo general al nacer o poco tiempo después, más tarde cuando se presume que tenemos «uso de conciencia» nos imparten la comunión, y a partir de allí profesamos la fe, sin cuestionamientos ni dudas, como una verdad absoluta. Algunos lo hacemos en calidad de practicantes, cumpliendo con los mandatos de concurrir a misa y el resto de los preceptos de la iglesia. Otros refugian su fe en la privacidad de su hogar o de sus actos pero no dejan de ser creyentes.
Nuestra calidad de fieles, que nos hacen seguir a pie juntillas los mandatos de nuestra religión, implican entrega y sumisión, pero aún así tenemos derecho al perdón, y a recibir cada uno de los siete sacramentos instituidos por Cristo. Es más, debemos recibirlos como una obligación de buenos cristianos.
¿Puede algún sacerdote negarse a suministrar un sacramento o a no permitirnos cumplir con un precepto?. Creemos que no, pero si nos atenemos a una situación que se presentara en estos días en la localidad de Bellocq, pareciera que la falta de voluntad del cura de la parroquia de Pehuajó, designado para impartir los oficios religiosos en Bellocq, no hace posible que un matrimonio de ese pueblo, pronto a cumplir su 50 aniversario como tal, pueda celebrar ese acontecimiento con una misa. Al respecto nos dice
Quizás lo relatado pueda ser anecdótico o mostrar una faceta que no se condice con el comportamiento que debe observar un buen cristiano. Pero, también hemos visto a su santidad el papa Benedicto XVI, pedir perdón por el comportamiento de los curas de su iglesia, lo que evidencia que algunos merecen ser censurados, y hasta perdonados, como seres humanos que son. Tal vez en el caso aludido más que la censura o el perdón corresponda hacer uso de la razón, y respetar los deseos de los fieles, cuando estos son los de un buen cristiano y el satisfacerlos no implica inconvenientes insalvables.