sábado, 31 de enero de 2009

FALLECIÓ ANDRÉS CAMPOY

FALLECIÓ EL EX INTENDENTE ANDRÉS CARMELO CAMPOY

Esencialmente un luchador, optimista sin remedio, soñador inclaudicable. Una buena persona.

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Para muchos quizás un hombre con alma de niño, generoso, ingenuo en su afán de creer que todos eran de su misma madera. Bueno hasta la exageración.

Sus convicciones políticas, acuñadas desde el sentimiento, estuvieron del lado del justicialismo, partido en el cual militó desde la primera hora, sin ambiciones, guiado siempre por su afán de trabajar para el bienestar de los vecinos. Y precisamente, gracias a ese trabajo que a él le parecía anónimo e imperceptible, se vio de buenas a primeras catapultado a la política, encabezando la lista local del justicialismo, en tiempos de gloria para su partido, que regresaba al concierto democrático luego de casi dos décadas de proscripción. Y fue Intendente de Carlos Casares, un honor que sentía inmerecido pero que movilizaba todo su orgullo y potenciaba el compromiso con sus ideales. En su memoria vamos a omitir pasajes en los que las miserias humanas dejaron huellas indelebles en el corazón de Andrés Campoy, pero que no pudieron lograr, de manera alguna, mellar su optimismo, menos aún sus sueños, ni ese afán obsesivo de lograr la unión de su partido, haciendo honor a las proféticas estrofas de su himno, la Marcha Peronista, cuando decía “todos unidos triunfaremos”.

Fue el único regocijo que Andrés Campoy no logró. Ni siquiera con su renunciamiento.

Tal vez tanto amor, tanta fe en los hombres, tanta comprensión, tanta buena intención, sirvan de ejemplo para quienes ven a la política desde la ambición y la mezquindad, olvidando doctrinas e ideales, y el irrenunciable mandamiento de llegar a ella para mejorar la vida de la gente.

Sus hijos, que seguramente vivieron en carne propia, y con dolor, las injusticias de las cuales fue víctima su padre, no quisieron que sus restos se detuvieran frente al Palacio Municipal, a recibir los honores correspondientes.

De todas formas, Andrés pasó por allí dejando su mensaje de optimismo. Como pasó por la vida dejando la impronta de su hombría de bien, sembrando a su paso valores que hoy son escasos.