sábado, 28 de febrero de 2009

EDITORIAL

CERTIFICADOS MÉDICOS TRUCHOS: UNA CULTURA NACIONAL

La inseguridad y la notoria carencia de efectivos policiales para combatirla, han desnudado la existencia de una suerte de «cultura nacional», que es la extensión de certificados médicos «truchos», en este caso a miembros de la dotación policial local, que en número excesivo se encontraban con licencia médica o «carpeta médica» como se dice, liberados de prestar sus funciones habituales. El problema se planteó en una reunión celebrada en el Ministerio de Seguridad provincial, y se resolvió investigarlo. Se presume, ya que no tenemos la información exacta, que auditores del departamento de médicos forenses de la fuerza estudiaron algunos de los casos, estableciendo que los certificados médicos expedidos no tenían la suficiente consistencia científica, lo que permitía considerarlos falsos. A tal efecto el Jefe Distrital local realizó una denuncia de oficio por defraudación, aportando los elementos detallados, lo que dará motivo a la justicia para procesar a los médicos intervinientes por la presunta falsedad de sus certificaciones.
No podemos decir que este tipo de situaciones sea privilegio de la fuerza policial. Existe en la educación, en la industria, en el comercio y en muchas otras actividades. Licencias médicas prolongadas, muchas de ellas por «psiquiatría» sin las correspondientes juntas médicas, que evidencian una total falta de responsabilidad por parte de los médicos que las otorgan, y de los organismos que deben ejercer el control, creando una suerte de complicidad en la que participan no solo los actores de la defraudación, sino terceros que están en conocimiento de esa flagrante infracción. Es un secreto a voces que muchos empleados que gozan de carpetas médicas y no concurren a sus trabajos, se desempeñan en otras actividades sin inconveniente alguno.
Los funcionarios policiales que hacían uso de una licencia indebida, avalados por médicos irresponsables, no sólo cometían una falta a sus deberes como funcionarios públicos, sino que le privaban a la repartición de un número importante de efectivos sumamente necesarios para prevenir y combatir el delito en el ámbito local.
Es de destacar que la actitud del Jefe Distrital local, de hacer la denuncia que implica no solo a los profesionales médicos intervinientes sino a sus propios pares, es altamente meritoria.