miércoles, 18 de marzo de 2009

EDITORIAL

LAS IMPLICANCIAS DE UNA NOTICIA PERIODÍSTICA

Días pasados nos hicimos eco de un hecho realmente preocupante denunciado por dos vecinos de esta ciudad en nuestra redacción. Nos decían dichas personas que en circunstancias de un accidente ocurrido el fin de semana ppdo. en la vía pública, les llamó poderosamente la atención el comportamiento del médico de guardia que acudió en auxilio de los lesionados, el que daba la impresión, por su conducta, de estar borracho. Pusimos en conocimiento del tema a un alto funcionario municipal, el segundo en jerarquía, y éste, tras distintas averiguaciones, nos llamó para decirnos que tenía otra versión, que el profesional no se encontraba en estado de ebriedad, sino sumamente cansado, extenuado, razón por la cual se le aconsejó que se vaya a dormir y tomó la guardia otro profesional. Solicitamos, como corresponde, una averiguación más profunda a fin de determinar si realmente el médico estaba muy cansado cuando fue a cubrir la guardia o si por el contrario se encontraba en estado de ebriedad como estimaban los vecinos que visitaron esta redacción.
Posteriormente recibimos la visita de un funcionario médico del hospital local, sumamente preocupado por la trascendencia y posibles implicancias que tal publicación podría acarrear, preguntando nuestro visitante, «si era necesaria dicha publicación», atenta a las consecuencias mencionadas.
Creemos que nuestra función periodística es reflejar la realidad, escuchar a los vecinos, y tratar en la medida de lo posible, que aquellas irregularidades que dieran motivo de preocupación y pudieran poner en riesgo a las personas sean solucionadas o corregidas a fin de que no se repitan. No coincidimos con la persona que nos visitó, cuando nos dijo que tal publicación podría causar pánico en los vecinos, los que iban a dudar antes de llamar al médico de guardia ante la posibilidad de que éste no estuviera en condiciones físicas de ejercer sus funciones. La inmediata corrección del problema ante la denuncia periodística, es lo que garantiza a los vecinos su tranquilidad. Si por el contrario acallamos la situación a fin de amenguar las implicancias, estaríamos permitiendo que la irregularidad pueda repetirse y entonces sí los vecinos estarían sometidos a un riesgo innecesario y peligroso.
Ante dos versiones sobre la situación relatada, vamos a quedarnos con la oficial, la que dice que el profesional se encontraba muy cansado, que no había dormido, y que su forma de comportarse tiene mucho que ver con su personalidad retraída y de extrema timidez. De todas maneras la investigación se impone, un médico de guardia no puede ejercer sus funciones en un estado de cansancio extremo, al punto de que deba ser relevado, y se lo mande a dormir. Ejercer sus funciones en ese estado es temerario y no debe admitirse excusa alguna que lo justifique.