miércoles, 11 de marzo de 2009

PARECÍA ESTAR BORRACHO


El estado de un médico de guardia alertó a varios vecinos


Días pasados ocurrió un accidente en la vía pública en horas de la madrugada, siendo convocado por uno de los testigos el médico de guardia del hospital para que atendiera a un posible lesionado. A los pocos minutos arribó al lugar una ambulancia con el médico que se encontraba de guardia en esos momentos en el hospital local, el que atendió a la víctima del accidente.
Hasta ahí lo que podríamos denominar como un trámite normal, algo frecuente en el acontecer diario casarense. Pero horas más tarde recibimos la visita de dos vecinos en nuestra redacción, ambos preocupados por el mismo problema. Los dos habían estado en los momentos posteriores al accidente, y observaron que el médico de guardia, cuya identidad reservamos por el momento, tenía los ojos inyectados en sangre, sus gestos y los rasgos de su cara denotaban que no se encontraba bien, su forma de hablar balbuceante y confusa, y sus movimientos erráticos. Para los dos vecinos que llegaron con la novedad a nuestra redacción, dicho profesional estaba borracho.

OTRA VERSIÓN

Ante una situación tan preocupante como puede llegar a serlo que un médico que está de guardia se encuentre en estado de ebriedad, fue que nos comunicamos con el Secretario de Gobierno del municipio, Ing. José Luis Romagnoli, a quien le comentamos la situación, haciendo la salvedad de que nuestros informantes son personas calificadas, cuyos comentarios nos merecían el mayor crédito. No obstante le solicitamos al funcionario que realice la investigación correspondiente, dado que el profesional aludido podría haber tomado algún medicamento que le haya provocado ese estado, motivando la percepción de las personas que nos hicieron el comentario.
Momentos más tarde se comunicó con EL OESTE el Ing. Romagnoli a efectos de comunicarnos que había realizado algunas everiguaciones, obteniendo una versión distinta de la situación. Que una vecina allegada al hospital, que conoce a dicho profesional, le comentó que efectivamente el médico estaba con sus ojos inyectados en sangre y dando muestras de estar sumamente cansado, como extenuado, fruto seguramente del arduo trabajo en la guardia. Nos dijo el funcionario que personal del hospital que también lo vio en esa situación le aconsejó que se vaya a descansar, ya que no estaba en condiciones de seguir trabajando.
Sea lo que fuere, borrachera, cansancio o exceso de tranquilizantes, un médico no puede atender a los pacientes en esas condiciones. Es procedente por lo tanto que se haga una prolija investigación del hecho, a fin de que este tipo de situaciones no se produzcan. No estamos hablando de un mecánico, de un plomero, o de un pintor cansado, borracho o «empastillado». Estamos hablando de un médico, y pensar en la consecuencias que puede ocasionar un profesional trabajando en ese estado, da pánico.