sábado, 10 de abril de 2010

EDITORIAL

¿PASO A NIVEL EN LA CALLE LAVALLE?
Tampoco la pavada

Es cierto, y no cabría discusión alguna, que no debiera existir un solo paso a nivel sin barreras o al menos señales lumínicas y sonoras que anuncien la proximidad de una formación ferroviaria. Pero en este país en el que abundan los paso a nivel sin barreras en zonas densamente pobladas, y son frecuentes, casi diarios, los accidentes fatales, el pensar que en un paso a nivel escasamente transitado como el de la calle Lavalle, vayan a colocar barreras, es poco menos que una ilusión.
El accidente ocurrido días pasados, que bien pudo ser trágico, dio motivo a no pocos comentarios y críticas referidas a la falta de barreras en dicho cruce. Debemos tener en cuenta que existen en el radio urbano y semiurbano otros dos cruces sin barreras, el primero en la calle Falucho y el segundo en calle San Luis frente a la planta y oficinas de Tomás Hnos., estos últimos ciertamente más transitados que el de la Lavalle. También en dichos cruces debería ser instaladas barreras.
Siempre refiriéndonos al accidente reciente, debemos tener en cuenta que el conductor del automóvil que sufrió el accidente cruzó sin mirar, y tan distraído que no escuchó ni la proximidad de la locomotora ni tampoco su estridente bocina. Un solo segundo de atención al intentar cruzar le hubiera servido para ver el tren (la visibilidad hacia la derecha es muy buena) o haberlo escuchado.
Se podrá decir, y con razón, que precisamente las barreras están para eso, para detener la marcha y salvaguardar la integridad de los distraídos o de los imprudentes, aunque estos últimos las esquivan cruzando igual.
El motivo de la presente no es precisamente solicitar la instalación de barreras en esos cruces. Sí en cambio que se desmalecen los alrededores para que la visión sea amplia.
Pero nada sirve si los conductores no toman los debidos recaudos toda vez que se aprestan a traspasar un paso a nivel ferroviario. Se impone detenerse, observar a ambos lados y estar atentos. Luego, cuando se tenga la certeza de que no existe la proximidad de un tren, entonces cruzar. Es algo que todos sabemos y que tiene que ver con el cuidado y la prudencia necesarias para evitar ser víctimas de un accidente.
A falta de barreras u otras señales, el sentido común nos dice que debemos cuidarnos solos. Hagámoslo entonces.