sábado, 3 de abril de 2010

EL GOBERNADOR SCIOLI PROPONE QUE NO LES VENDAN NAFTA SI NO LLEVAN CASCO




No hay forma de controlar a los motociclistas


El gobernador Scioli le sugiere a los municipios que tracen planes de acción para evitar que tragedias como la de 9 de Julio y la de Baradero se repitan. Y como una medida para instarlos a que usen el casco reglamentario, proponen legislar en cada municipio, a fin de disponer que en las estaciones de servicio no se les expenda combustible a aquellos motociclistas que no llevan casco. Una medida de dudosa efectividad, que puede ser fácilmente burlada. Un motociclista no carga nafta todos los días. Basta que cuando lo haga lleve el casco para que pueda llenar el tanque, y después lo deja en su casa y sigue sin usarlo. Esas son medidas complementarias pero de ninguna manera fundamentales para erradicar la total rebeldía de los motociclistas a usar el casco. También resulta preocupante las velocidades a las que se desplazan, y que algunos lleven en la moto a toda su familia, incluidos bebes, por supuesto ninguno con casco.
Se sabe que hay localidades en las que se cumple al pie de la letra la prohibición de circular sin casco. Que los inspectores y la misma policía han realizado y realizan continuos procedimientos para hacer cumplir la norma, que son sostenidos en el tiempo logrando resultados alentadores.
Decíamos días pasados que en Casares en cualquier momento puede producirse una tragedia como la de 9 de Julio o la de Baradero. Que aquí no existen diferencias con esas ciudades, dado que las normas no se cumplen en absoluto.
El uso de la moto se ha generalizado de tal manera que hoy es el vehículo de transporte por excelencia. Valen entre 5 y 7 mil pesos los ciclomotores de menor cilindrada, y hay convenientes financiaciones, por lo que cualquier vecino que tenga un recibo de sueldo puede adquirirlo. Van al trabajo, a la escuela, a hacer los mandados y incluso pasean en ellos. Para familias enteras una moto es como un auto, al punto de que son cada vez más los que siguen usándolas en invierno.
No será fácil que la norma sea acatada. Requiere de ingenio, firmeza y constancia. Si se logra, podrán evitarse muchas lesiones graves e incluso muertes.