sábado, 18 de junio de 2011

editorial

Ante la gran cantidad de ratas y ratones que pululan por la ciudad, se hace necesaria una pronta fumigación

Numerosos vecinos, sea a través de sus compus, llamadas telefónicas y visitas a nuestra redacción, nos dicen que en estos últimos días se observa una verdadera invasión de ratas y ratones, que salen de las numerosas casas abandonadas, como así también de terrenos con altos yuyales, convertidos en paraíso de todo tipo de alimañas.

No es extraño que eso suceda, las viejas casas desocupadas en estado total de abandono son muchas, sus dueños ni las venden, ni las demuelen y es probable que ni siquiera paguen los impuestos. Lo mismo ocurre con algunos comercios abandonados de generosas dimensiones en el radio céntrico, los que además de cobijar ratas y ratones, brindan una lamentable imagen que contrasta con el resto del comercio local, empeñado en mostrar una estética acorde a los tiempos que corren, con sus frentes pintados, sus vidrieras adornadas y una excelente iluminación.

Se hace necesaria una pronta fumigación. Sabido es que los ratones y en especial las ratas son trasmisores de todo tipo de enfermedades. Dicha fumigación debe realizarse a fondo, y en el caso de los inmuebles abandonados solicitar a sus propietarios el permiso correspondiente para ingresar a los mismos. Tales medidas deben cumplimentarse con un severo llamado de atención a dichos vecinos, exigiéndoles la limpieza y mantenimiento de sus inmuebles, y en lo posible su venta o alquiler para que sean incorporados a la actividad comercial o destinados a vivienda. Y aquellos que por su estado no permitan su utilización, demolerlos para evitar que se conviertan en “residencia” de roedores, con los riesgos que ello significa en materia de salubridad.

Días pasados una nota referida a la gran cantidad de perros vagabundos que recorren la ciudad causando molestias al vecindario, motivó la virulenta reacción de muchos defensores de los perros, algunos de los cuales respondieron a nuestra nota con agravios e insultos, así como otros opinaron seriamente y ofrecieron soluciones adecuadas para corregir el problema. En el caso de las ratas y ratones es distinto, hay que eliminarlas sin miramientos, y esperemos que nadie salga a defenderlos…

Nuestra misión como periodistas es hacernos eco de los problemas de la comunidad, de sus quejas y reclamos. En algunos casos podemos proponer alguna solución, en otros exponer el problema y dejar la solución en manos de quien corresponda.

Volviendo al caso de los roedores, no es un tema menor. Las autoridades pueden comprobarlo hablando con los vecinos. Precisamente uno de ellos nos sugirió fotografiar los inmuebles en estado de abandono que son verdaderas cuevas de roedores. Los enumeró y son muchos en verdad. No nos pareció adecuado avergonzar públicamente a sus propietarios. Tal vez leyendo esta nota tomen conciencia de su irresponsabilidad y desidia.