sábado, 23 de julio de 2011

LA MUERTE DE UN BEBÉ

Los padres piden explicaciones al intendente

Se presentaron en nuestra redacción los padres de un niño de 20 días de vida que falleciera días pasados en un hospital de la ciudad de Adrogué, al que fuera derivado con un cuadro de bronquiolitis, según la historia clínica con la cual partió del Centro Materno local. Son ellos Pablo Esnaola y Rocío Alarcón, quien portadores de una carta dirigida al intendente municipal Luis Seraci, solicitaron su publicación, manifestando que previo a la misma fueron recibidos por el jefe comunal, quien los escuchó y les prometió una investigación, solicitándoles la carta de referencia. También hablaron con el Secretario de Gobierno José Luis Romagnoli y con el Secretario de Salud Oscar Castellano.

Y esto nos dijeron al dejarnos una copia de la nota: «Queremos que esto se investigue y se haga público para que no vuelvan a suceder hechos como el que nos ocurrió. A nuestro hijo nadie nos lo va a devolver, pero si es necesario, haremos un juicio de mala praxis a los médicos que la atendieron. De todas maneras, esperamos la decisión del intendente y la investigación que prometió»

HACE UN AÑO, SE LE MURIÓ OTRA BEBA

Rocío Alarcón ya conoció hace exactamente un año la desgracia de perder un bebé, en ese caso de 4 meses de edad. Ocurrió el 18 de julio de 2010 en una vivienda del barrio Balbín. La nena, Zoe Alarcón, había quedado en la habitación junto a una hermanita de 3 años. La mamá salió a bailar, dejando la criatura al cuidado de unos tíos que se domiciliaban en la misma casa. Precisamente dicho tío, Marcos González, se levantó como lo hace todos los días a las 3 de la madrugada para ir a un tambo en el cual trabaja, y al pasar junto a la cama en la cual dormía la nena junto a su hermanita, observó que la chiquita tenía sobre su cara una bolsa de nailon llena de ropa que estaba en algún lugar sobre la cama y cayó encima de ella. Retiró González la ropa, observando que la nena tenía espuma en su boca y en su nariz. La tocó y estaba fría, comprobando que no daba señales de vida. Luego un médico certificaría que había fallecido por asfixia.