sábado, 28 de enero de 2012

EDITORIAL

EL PROYECTO DE LA AVDA. SAN MARTÍN REQUIERE UNA REVISIÓN PERO SERÍA INADMISIBLE QUE QUEDE A MEDIO TERMINAR

La tan comentada refuncionalización (palabra complicada si las hay) de la Avda. San Martín, una obra pensada para embellecer y normalizar la arteria más importante de la ciudad, es objeto de tantas críticas como alabanzas (las primeras son más), pero sería inadmisible que dicha obra quede inconclusa. Sí en cambio debe ser objeto de una revisión en cuanto a su funcionamiento y algunos aspectos de su diseño que claramente son perjudiciales para la buena circulación vehicular. Todavía no ha sido inaugurada oficialmente y ya algunos sectores en las esquinas se observan resquebrajados, los montículos que quedaron de los desagües son claramente un atentado a los neumáticos de los vehículos, y el diseño contemplado para la esquina de Monseñor D´Andrea debe ser objeto de un nuevo estudio. Queda también el tema de la idea original de hacerla mano única en dirección hacia la ruta Loewenthal. Dicho cambio exige un análisis profundo respecto al futuro ordenamiento del tránsito, a fin de evitar congestiones en calles que ya de por sí están congestionadas, como el caso de la calle Maipú, que ante un eventual cambio en la Avda. San Martín recibiría el grueso del tránsito hacia la Avda. 9 de Julio, con los imaginables inconvenientes que se producirían.

Ya no tiene objeto el pensar si esa obra era necesaria o no, si su concepción fue acertada o no. Una buena parte de la misma ya está hecha, por lo que la cuadra que queda debe continuarse. Estéticamente gusta, las pérgolas con bancos en las esquinas la hacen atractiva, pero el degollamiento que han sufrido las calles perpendiculares, causa problemas en el tránsito. En la esquina del Banco Provincia dicho problema se pone de manifiesto a cada momento.

En épocas de notorio crecimiento del parque automotor, cuando más se hace necesario el espacio en las calles, sea para circular o estacionar, la mentalidad de los profesionales que diseñaron la refuncionalización de la San Martín, fue a contrapelo de esa tendencia. A cada cuadra de la avenida le sacaron alrededor de ocho lugares de estacionamiento y a las perpendiculares cuatro. ¿No es acaso un desatino?. Pero lo hecho, hecho está, habrá que tratar de remendar los errores y buscar que el funcionamiento de la nueva avenida sea lo más adecuado posible.