jueves, 1 de enero de 2009

UN RANCHO HISTORICO


UN AÑO MÁS Y VAN...

Sigue en pie un legendario rancho casarense

Se presume que tiene más de 120 años. Su pintoresco morador, Daniel Coronel, llegó allí después del ciclón del 46, que ni lo movió. Sus paredes son de adobe, su piso de tierra, y sus instalaciones .... ninguna.

Un año más que se conserva, no demasiado erguido ni con la prestancia de otrora, pero todavía en pie, agobiado por sus más de 120 años de existencia, y con un fiel morador, Daniel «Far-West» Coronel, que llegó allí con su famoso hermano, el tarta «Zato», luego de que el ciclón del ´46 le volteara el rancho en el cual moraban.

Nos referimos al legendario rancho «chorizo» ubicado en calle Lamadrid al 300, propiedad del escribano Abel Camilletti, que bien puede ser considerado una reliquia, y por qué no patrimonio histórico casarense, acaso una de las viviendas más antiguas de Carlos Casares.

Se presume, como decíamos, que cuenta con más de 120 años de antigüedad, y con semejante carga de años tiene el privilegio de que aún sigue habitado. Un cronista y un fotógrafo de EL OESTE entrevistaron a Coronel, quien con su infaltable sombrero tipo cow-boy y su pinta ídem, desempolvó algunos pasajes de su memoria, diciendo lo siguiente

- Y... vivo aquí desde el año 47, 48... cuando vino el ciclón grande. Yo vivía con mi hermano «Zato» (el famoso tarta super hincha de Sportivo) en otra casa que quedó muy mal, y después del ciclón nos vinimos con mi hermano para acá... al rancho.

-Qué edad tenía?
-Era muy chico... 8 o 9 años más o menos.

-Había quedado bien el rancho por el ciclón?
-Sí !!!!... ni lo movió...No sé, pero este rancho debe tener como 150 años.

-Y ahora como está?
-Muy bien. No se llueve ni tiene humedad en ninguna de las dos habitaciones que tiene. Tenía una cocina pero ya no está más.

-Nunca pensó en irse de acá?
-Y... sí. Esto es del Sr. Camiletti y yo le dije que cuando consiga aunque sea una habitación, me voy. No pido más.

-Con alguien del municipio habló por el tema?
-Sí, fui para ver si me daban algo pero nada...Yo no pido plata ni nada de eso, yo sólo quiero que me den una pieza, algo para vivir, para estar bien, no como estoy, que apenas sobrevivo con una jubilación muy chica. No puede ser, qué quieren ...que me vaya a arrodillar allá, eh...No puede ser...

-Nos puede contar por qué le decían “Far West”?
-Cosa de jóvenes...Con varios amigos hacíamos duelos como en el lejano oeste y de ahí me quedó el apodo. Recuerdo una vez en el boliche “Aloha”, que estaba en la Avda. 9 de Julio, con Paparelli, el de los caños, hicimos un duelo y para hacerlo más real nos prestaron dos revólveres de verdad y yo no sabía que el mío estaba cargado, no sé todavía cómo me di cuenta, porque si no, hacia un desastre.

Otros memoriosos recuerdan cuando en algún asado en «El Escondite», u otras reuniones, se encontraban el inefable Haroldo Vizán (f) y «Far-West» Coronel, y se «tiroteaban» al más puro estilo de las películas del far-west.

Volviendo al rancho, pasó el 2000, va por el 2010, y si el progreso no lo voltea, que es lo más probable, podría ser eterno.