sábado, 18 de abril de 2009

INTENTO DE ROBO

PATÉTICO RELATO DE LA VÍCTIMA

Daño, intento de robo y persecusión

Un hecho delictivo, ocurrido en la madrugada del día lunes, tuvo como damnificado al conocido empresario gastronómico Jorge Duverni cuando dos personas quisieron ingresar en su local de comidas ubicado en Avda. San Martín y Güemes. De la siguiente manera Jorge Duverni nos explica lo sucedido;

“En la madrugada del martes, entre las 1:30 /2 hs. recibo el llamado de un vecino de mi negocio, que me cuenta como “explotaba” la ventana del local y que escuchaba ruidos extraños. Me voy para allá y al tomar la calle Güemes , estando a una cuadra del negocio, veo que de allí salen dos personas en bicicleta. Seguramente vieron la luz de la moto porque se fueron en distintas direcciones por San Martín: uno para el lado de la Escuela 8 y el otro tomando dirección del cementerio. A este último lo alcanzo con la moto, le digo que pare, empezamos a los manotazos y al llegar a la esquina de Rondeau, por lo de Felipe Figueroa, se pega un porrazo bárbaro. No puedo agarrarlo, te imaginás yo contra la agilidad de un pibe , se me escapa y sigue por la San Martín, aparece la Policía por lo que el caco dobla en la Cnel. Suárez y se escabulle por lo de Yivú, saltando un tapial. Este raid no duró mas de 2 o 3 minutos. En definitiva no alcanzaron a robarme nada, sólo lamento que me rompieron el vidrio grande de la vidriera, que sale sus buenos pesos.”

-Qué reflexión te merece esto que pasó?
-Que algo hay que hacer con los menores, porque estos eran menores, no tengo dudas. Por otro lado, comprobé los lamentables medios con que cuenta la policía local para combatir la delincuencia. Yo en la motito iba casi más rápido que los móviles, que están en un lamentable estado. Uno casi se prendió fuego porque se le trabó el acelerador. Un vecino tuvo que prestarles una linterna porque no tenían. Andan con unos chalecos que pesan más de 5 kilos: ¿Cómo corren a un delincuente?
Y dos cosas más: Una es que la Guardia Urbana ni apareció y se la necesitaba. La otra, el agradecimiento profundo a mi vecindario por haber impedido que esto fuera más grave.