sábado, 29 de mayo de 2010

EDITORIAL

PROMOVER LA INVERSIÓN LOCAL

Es una verdad de a puños, y no se puede rebatir, que el mayor volumen de dinero que ingresa a nuestro partido es a través de la actividad agropecuaria. Se dice que Carlos Casares es uno de los puertos secos de mayor envergadura, cuyo volumen de acopio es sumamente importante. Los beneficios de dicha actividad, la cerealera, se aprecian en todos los niveles, y obviamente es un gran generador de trabajo, cuyos beneficios se expanden a toda nuestra comunidad. El hombre de campo tradicionalmente ha invertido sus ganancias. Ya sea realizando mejoras en sus campos, adquiriendo maquinarias, aumentando su calidad de vida y la de su familia, y dándose tal vez algunos pequeños lujos, como el de tener una buena camioneta, de esas «doble pechuga», luego de haber padecido años sin poder cambiar sus vetustas F100 y mendigar en los bancos en tiempos de vacas flacas.

Pero hoy el campo vive una situación distinta, de singular bonanza, que le permite quizás hacer proyectos y ,por qué no, algunas inversiones.

¿Que mejor entonces que promover la inversión local para alentar a aquellos productores que buscan la mejor manera de destinar sus ahorros en inversiones sin riesgos, que les brinden una cobertura para hacer frente a los imponderables a los que siempre está atada su actividad.

Hemos visto que sociedades o empresas locales integradas por vecinos de esta comunidad están empeñadas en llevar a cabo emprendimientos inmobiliarios, diseñando su estrategia en tentar a inversores locales a invertir en ladrillos, como una manera segura de resguardar sus ahorros de los avatares económicos del país. Y la respuesta al parecer es positiva, quedando demostrado que quien genere proyectos que promuevan la inversión local, no se equivoca.

A ello debemos sumarle que el resto de nuestra comunidad, que en gran parte funciona en sintonía con el segmento productivo local, recibe directa e indirectamente los beneficios de todo emprendimiento local, especialmente aquellos que por su naturaleza demandan mano de obra no especializada, abasteciendo de trabajo a sectores tradicionalmente postergados, que son en definitiva los más carenciados en todo sentido.

Promover la inversión es promover al desarrollo y crecimiento de nuestra comunidad.

Como quien espera alguna vez sacar «la grande», en Carlos Casares hemos esperado la radicación de una fábrica o empresa que reclame cientos de puestos de trabajo. Una ilusión que hemos alimentado por años, cuando en realidad la solución debe venir de adentro, desde nuestros propios empresarios y con una inversión genuina local.