sábado, 14 de junio de 2008

EDITORIAL 2

CUANDO LOS INTERESES SECTORIALES ESTÁN POR SOBRE LAS NECESIDADES SOCIALES

yer fue la cruzada contra las pasteras, convertida en una causa nacional. Hoy es el campo el que reclama las energías y la voluntad de quienes se resisten a políticas oficiales que consideran confiscatorias e injustas. Intereses sectoriales, el bolsillo de unos, el aire puro de otros, reclamos que la sociedad formula al ser lesionado su bienestar y comprometido su futuro. Pero cuando el reclamo es el de los otros, cuando se solicita la solidaridad y la caridad de los que más tienen para satisfacer las necesidades de quienes carecen de todo, no se observa la misma respuesta. Muy por el contrario, pareciera que ante una convocatoria de ese tipo, son muy pocos los que la escuchan y responden en consecuencia.

Cáritas organizó días pasados una colecta en nuestra ciudad, la que tuvo carácter nacional, y fue tan mezquina y poco solidaria la respuesta, que avergüenza dar a conocer que se recaudaron en total NUEVE MIL PESOS, apenas 50 centavos por habitante de nuestra ciudad, lo que es decir prácticamente nada, o al menos una centésima parte de lo que debió haber sido.

Dar algo de lo que nos sobra, aunque sea poco, no requiere esfuerzo, ni pronunciar discursos altisonantes, ni sostener posturas antagónicas, y menos aún descuidar nuestras actividades habituales, comprometer nuestra tranquilidad, o quitarle horas a nuestro trabajo o al esparcimiento. Ser solidarios con aquellos que nada tienen y que tanto necesitan, sólo requiere una pequeña cuota de amor por el prójimo. Un acto que nos hace sentir bien, y que no exige más que la voluntad de realizarlo, sabedores que del otro lado encontraremos la sonrisa de un niño o el gesto de agradecimiento de alguien que nos necesita.

Es hora tal vez de que miremos más en derredor y menos a nosotros mismos, convencidos de que los problemas de los otros son nuestros problemas.