miércoles, 11 de junio de 2008

FATAL ACCIDENTE



Se incendió su coche y murió carbonizado "Guille" Avanzini

Ocurrió en una amplia curva en las cercanías de Henderson. Se presume que la tomó a alta velocidad y su coche cayó a la banquina para luego impactar contra el terraplén de un camino de tierra y volar por el aire, hasta caer del otro lado envuelto en llamas. El auto se quemó íntegro, quedando Avanzini en su asiento (se supone que llevaba el cinturón de seguridad puesto) completamente carbonizado. Sólo se lo podía reconocer porque llevaba en su pecho una medalla con el nombre de su hija

Nuevamente la ruta se cobra una víctima. En este caso, la del conocido vecino de esta ciudad Guillermo Avanzini, de tan sólo 39 años, quien el sábado pasadas las 7 hs. regresaba de la ciudad de Daireaux por la ruta 86 en dirección a Casares. Avanzini lo hacía en su flamante Peugeot coupé 407, pte. GWR 332 se presume a gran velocidad, cuando en una curva amplia, pocos kilómetros antes de la localidad de Henderson, el auto salió de la cinta asfáltica para caer en la banquina, que en ese sector tiene varios metros de profundidad, e impactar de lleno contra el terraplén de un camino de tierra vecinal. Fue tan violento el impacto que se desprendió el motor y el auto voló literalmente por el aire sin tocar dicho camino, para caer del otro lado sobre sus ruedas, envuelto en llamas. El incendio se generalizó en el vehículo e incluso se extendió por todo el sector de los pastos allí existentes. Avanzini, que presuntamente conducía con el cinturón de seguridad puesto quedó sentado en su habitáculo, sin signo alguno de haber intentado escapar de ese infierno. Sus restos estaban completamente carbonizados, por lo que únicamente habría podido ser identificado por una medalla que llevaba en el pecho con el nombre de su pequeña hija. El médico forense dictaminó, luego de la autopsia, que la muerte de Avanzini se produjo por el violento impacto, no por el fuego. En sus pulmones no había rastros de haber aspirado el humo del incendio.

SE HABÍA ACOSTADO

Según el testimonio de un amigo de Avanzini, propietario de un cabaret, domiciliado en Henderson, éste estuvo en el club en una partida de juego hasta avanzada la madrugada y luego se retiró a la casa de su amigo, como lo hacía habitualmente, para dormir unas horas y despues regresar de día a nuestra ciudad. Mucho le habían advertido sobre la locura de viajar de noche a gran velocidad (algo que le apasionaba), y además por el riesgo de ser asaltado ante la posibilidad de que llevara dinero en su poder. Pero está visto que la página de «Guille» Avanzini estaba ya escrita. Tras acostarse con intenciones de dormir, nadie sabe por qué causa se levantó minutos más tarde y emprendió viaje a nuestra ciudad. Lo demás son todas conjeturas, no se sabe si viajaba a 220 km. o a 170, aunque se estima que lo hacía a mucha velocidad, atento a los desplazamientos del auto y a su vuelo por sobre el camino vecinal. El Peugeot 407 estaba completamente quemado, sólo parte del baúl dejaba ver un sector de la pintura rojiza que no fue afectada por las llamas. Del resto no quedó nada, ni asientos, ni tablero, nada, todo estaba carbonizado. En cuanto a Avanzini, solo unas pocas partes de su cuerpo (un sector de la piernas) no habían quedado incineradas.

UN BOLSO CON DINERO Y OTROS EFECTOS

Entre las pocas cosas que se salvaron parcialmente del fuego había un bolso o algo parecido que contenía dinero chamuscado y otros efectos, los que quedaron a disposición de la justicia para su investigación.

SU PADRE NO LO PUDO VER

Hasta el lugar del acccidente viajaron de inmediato su socio «Fito» Gatti acompañado de su padre Ricardo Piaggi, a quien le sugirieron en la morgue que no intente ver los restos de su hijo, dado la impresión que podía causarle. A Piaggi se le veía tremendamente agobiado por la tragedia, ver a su hijo en esas condiciones podría haberlo afectado aún más.

NO HABÍA TOMADO Y SE LO VEÍA BIEN

Conversando con su amigo de Henderson, Pedro, en cuya casa Avanzini paraba, éste comentaría que en el club lo vio bien, animado, que solo tomó un whisky, y que cuando ya era bastante tarde le comentó que se iba a dormir para retornar a Casares por la mañana. Como se fue solo a dormir a la casa de su amigo, no se sabe por que razón después de acostarse se levantó, si no pudo conciliar el sueño, o que le sucedió. Es una incógnita que jamás se podrá develar.

DEJA UNA HIJA DE CORTA EDAD

Avanzini tenía devoción por su hija Rocío de tan sólo 8 años. Con ella se lo veía en todos lados, paseando en auto, en las confiterías, comiendo en los restaurantes, siempre juntos. Su madre y sus hermanos no encuentran consuelo, él vivía en la casa de su madre y con mucha frecuencia viajaba con sus hermanos, con uno de los cuales, Jorge, era inseparable. Cuando pasara meses atrás por un serio problema de salud, ellos lo acompañaron continuamente, asistiéndolo en todo momento. Si algo le reprochaban era que viajara tan ligero, a tal punto que sus empleados, con quienes se trasladaba frecuentemente, no querían viajar con él porque lo hacía a gran velocidad, especialmente desde que tenía este último auto, que prácticamente era de carrera. Cuando lo alertaban sobre el riesgo que corría, él se sonreía y les decía que era un vehículo con todas las condiciones para viajar ligero.

Sus restos mortales fueron conducidos a nuestra ciudad y velados en velatorios Mezzapesa para recibir sepultura el domingo en horas de la mañana, previo responso en la Iglesia parroquial, ante un acongojado y nutrido cortejo fúnebre.