sábado, 7 de junio de 2008

TRAGEDIA


SU MUERTE HABRÍA SIDO ACCIDENTAL

Se prendió fuego una anciana

La encontró su hijo en la cocina sin vida y muy quemada. Todo indica que intentó encender algo en la habitación para calefaccionarse y tomó fuego el colchón, prendiéndosele fuego las ropas. La anciana en llamas y al borde de la asfixia intentó ponerse a salvo, pero se desplomó en la cocina.

Una mujer de 81 años de edad, Ana Duschak, viuda de Rosas, domiciliada en Avda. San Martín 458 de esta ciudad, falleció víctima de graves quemaduras, recibidas presuntamente en forma accidental al incendiár-sele el colchón de su cama. La encontró su hijo Héctor Rosas (57) que vive con ella, el que se había ido temprano por la mañana a la quinta en la cual trabaja, regresando pasadas las 12,30 hs. La puerta estaba cerrada, razón por la cual fue por atrás y logró entrar, encontrándose con un doloroso espectáculo. Su madre se encontraba en el piso de la cocina ya sin vida y muy quemada, mientras que en la casa había mucho humo, especialmente en la habitación de la mujer, donde había tomado fuego el colchón de su cama. Eso hace presumir a los investigadores que al levantarse, la señora intentó prender algo para calefaccionarse y le tomó fuego el colchón y la ropa de cama, para luego incendiársele sus ropas. Su presencia en la cocina hace pensar que ha intentado ponerse a salvo pero el fuego en sus ropas y la densa y tóxica humareda que despedía el colchón se lo impidieron, cayendo en el piso de la cocina sin sentido, para fallecer momentos después.

Otras voces establecían algunas dudas respecto a cómo acontecieron los hechos. «No me cierra», decía alguien allí presente relacionado a la investigación, como queriendo pensar que la mujer podría haber intentado suicidarse y luego por instinto de conservación, buscar la salvación.

SU MARIDO TAMBIÉN MURIÓ QUEMADO

Como un sino del destino, el esposo de la mujer fallecida, Jesús Rosas, fue víctima hace ya casi 6 años, en agosto de 2002, de un accidente similar al incendiársele la casa y morir en ella horriblemente quemado. Rosas vivía en una quinta en las inmediaciones del basural municipal, habiendo estallado el incendio en horas de la noche, presumiblemente a causa de un brasero o vela encendida. Los restos de Rosas se encontraron junto a su cama, totalmente carbonizados. También en ese entonces tenía 81 años, como su mujer ahora.