miércoles, 16 de julio de 2008

DRAMA DE UNA VECINA

DRAMA DE UNA VECINA PARA LOGRAR QUE SU MADRE AGONIZANTE FUERA ATENDIDA POR UN MÉDICO

¿Pudo haberse evitado su muerte?

Hasta llegó a pedir a la policía que le consiga un médico, debiendo incluso presionar a la guardia hospitalaria con llamar al intendente si no le enviaban un médico o una ambulancia.

Una antigua y apreciada vecina, doña Juana Gómez de Macagni, de 91 años, dejó de existir el sábado por la tarde en la Sala de Terapia del hospital, luego de que su hija, la conocida educadora Marta «Bidú» Macagni pasara una verdadera odisea para conseguir que fuera atendida por un médico. Pero el drama había comenzado el día anterior, cuando la señora sufrió una descompostura y al llamar a su médico de cabecera (por PAMI) Dr. Atilio Perbost, éste le manifestó a través de su secretaria que no podía atenderla pero que iba a enviar una ambulancioa del hospital para que la lleven a la guardia. Como la ambulancia no llegaba, «Bidú» Macagni llamó al hospital y solicitó dicha ambulancia, la que llegó minutos después y condujo a su madre al hospital. Allí fue atendida por la Dra. de Guardia Adriana Martínez. Le pusieron una inyección para bajarle la fiebre, decidiendo la doctora darle el alta sin realizar ningún tipo de examen, ya sea un electro, análisis, o tomar todos los recaudos necesarios que marca el protocolo, por tratarse de una persona de tan avanzada edad. La retornaron a su casa y allí terminó todo.

MÁS QUE EL ALTA, LE DIERON LA BAJA

Aunque en realidad no terminó nada, ya que al otro día, el sábado, la señora se sintió muy mal, sufriendo una caída con claros signos de empeoramiento en su estado, por lo que su hija comenzó en forma desesperada a llamar a la guardia. Como no lograba comunicarse, fue personalmente a llamar a la Dra. María Barragán -que en ese momento se encontraba de guardia-, pero no logró ser atendida porque ésta estaba muy ocupada y tenía otros pacientes antes que atender. Fue así que la hija de la enferma volvió a su casa e intentó denodadamente de lograr la atención de algún médico, pero todas sus llamadas fueron infructuosas. Como una acción desesperada llamó a la policía, no para hacer denuncia alguna, sino para que le consiguieran un médico, mientras un familiar se comunicaba con la guardia y, en forma imperiosa y llevado por la angustia, les manifestó que si no enviaban de inmediato un médico o la ambulancia, le iba a poner en conocimiento de todo lo que estaba sucediendo al intendente Foglia. Finalmente la ambulancia llegó, trasladaron a la vecina enferma a Terapia, pero ya nada que había que hacer. Su fallecimiento se produjo minutos más tarde.

Queda de toda está triste historia una duda tremenda. ¿Pudo haberse evitado la muerte de esta vecina de haber recibido un diagnóstico acertado y una oportuna atención médica?. Sabemos que la vida de una persona a los 91 años es como un cristal, y quizás por eso debió haber recibido una especial y cuidadosa atención, con la toma de todos los recaudos necesarios para lograr un diagnóstico preciso y actuar en consecuencia. Pero, por razones que pueden achacársele a la impericia, a la falta de responsabilidad, si se quiere al exceso de trabajo -o también a la deshumanización que se observa en algunos profesionales de la salud- lo cierto es que doña Juana Gómez de Macagni deja este mundo, y , como decimos más arriba, también deja una tremenda duda.

Unos días atrás, apenas una semana, Juana Gómez de Macagni concurrió junto a su hija «Bidú» a una fiesta familiar. Se la vio muy arreglada, de excelente ánimo y sumamente feliz. Nada hacía presagiar que una semana después todos esos seres queridos a los cuales acompañaba, iban a estar velándola.

Tal vez su muerte sirva para poner en blanco sobre negro cuál es la realidad en la salud local. Una realidad que compete a todos, al sistema y a los profesionales, ninguno escapa a su responsabilidad, pero es ya hora de que se diseñe un nuevo proyecto de salud que contemple una reformulación total del sistema vigente, que excluya, de ser necesario, a todos aquellos profesionales que no reúnen las condiciones que debe reunir aquel de quien depende la vida de las personas. Sabemos que a la comuna no le es fácil conseguir médicos, y que por lo tanto no tiene para elegir. Lo hemos escuchado, pero ¿cuál es el precio que debemos pagar por esa dificultad?. ¿Acaso la vida?.

Hubiéramos querido hacer otro tipo de crónica sobre la muerte de Juana Gómez de Macagni, una vecina querida, que deja grandes afectos y hermosos recuerdos. Pero, el destino lo quiso así; hoy es noticia porque hubo quienes no supieron, no pudieron o no quisieron cumplir con sus deberes y obligaciones para con esta sociedad, que lo espera todo de ellos pero que con demasiada frecuencia recibe estos duros reveses.