miércoles, 26 de mayo de 2010

EDITORIAL

Cuando es más importante la figura del entregador que la del autor

Haciendo un análisis de los hechos delictivos más conmocionantes ocurridos en los últimos meses, Trezeguet, Stadnik y Burcaizea, está prácticamente cantado que los autores, algunos de los cuales han sido detenidos, no actuaron «al voleo» como suele decirse cuando asaltan o roban al primero que se les ocurre, sino que ha habido una acción planeada en la que no está ausente la figura del entregador.

Y es precisamente el entregador, en casos en los que se presume han actuado elementos foráneos, el que tiene mayor importancia para las víctimas y también para la comunidad, ya que por sobre que detener a los autores es de vital importancia, lo es también desenmascarar al entregador, porque puede señalar próximas víctimas, con las consecuencias que todos conocemos.

¿Cómo hacer para prevenirse?. La cautela es esencial, no mostrar movimiento de dinero, evitar que terceros tengan acceso a operaciones inmobiliarias, ser reservados con personas empleadas que no gozan de total confianza, no retirar sumas de dinero importantes de los bancos, y no alardear, porque algunos vecinos en verdad parecen decir «vengan, asáltenme, róbenme que tengo mucho dinero».

Probablemente quien lea estas líneas llegue a pensar: «con ese criterio no vamos a poder hacer nada, debemos desconfiar hasta de nuestra propia sombra, y tener dinero más que un beneficio puede llegar a ser una maldición».

No es ese el mensaje, pero debemos hacernos cargo de que estamos viviendo momentos difíciles como nunca habíamos vivido en materia de inseguridad. Que el protegerse es fundamental si queremos evitar hechos de-sagradables. Tampoco entrar en la paranoia de no salir a la calle, llorar pobreza, no gastar ni una moneda ni mostrar un buen pasar cuando la realidad es distinta. Simplemente tomar recaudos para poder sobrellevar esta situación que nos agobia, porque la pregunta que subyase es: ¿seremos nosotros los próximos?.

Es vital, volviendo a la figura del entregador, que la investigación policial no solo se centre en tratar de dar con los autores de los delitos, sino ahondar la pesquisa a fin de averiguar por qué razón eligieron a tal o cual víctima, si alguien los puso en conocimiento de su situación y les brindó abundantes detalles de su movimiento empresario, entorno familiar, etc. etc.

Un intendente cuyo pueblo estaba aquejado por la peste y sus vecinos morían como moscas, tuvo como mejor idea agrandar el cementerio.

Las soluciones deben ser otras, conducentes a prevenir el mal, y eventualmente, curarlo. Lo que hizo ese intendente fue bajar los brazos, y eso es lo que jamás debemos hacer.