sábado, 29 de enero de 2011

LE CAYÓ ENCIMA UNA TORTA DE CHATARRA DE UN CAMIÓN



Murió Amílcar Boyero en espantoso accidente

Circulaba en las primeras horas de la madrugada de ayer en dirección a nuestra ciudad por ruta 5, cuando en jurisdicción de Alberti una trampa mortal selló su destino para siempre.

La fatalidad, terrible y sangrienta, cobró la vida del joven empresario de la construcción local Carlos Amílcar Boyero, en un accidente ocurrido en el km. 178 de la ruta 5

El accidente ocurrió a las 0,45 hs. de ayer viernes. Boyero regresaba en un coche Clío azul pte. DGK 920 de Buenos Aires donde tiene una obra en construcción, cuando al circular frente a la localidad de Alberti en el instante en que estaba pasando a un camión cargado con chatarra, se rompió la puerta lateral del camión, cayendo hacia la ruta una de las pesadas tortas o cubos de hierro que portaba, estrellándose contra la misma, de frente, el auto conducido por Boyero, el que tras golpear contra el camión se desplazó hacia la banquina. Allí, tras una muerte instantánea, víctima de las gravísimas lesiones sufridas, yacía el vecino local, mudo testigo de una trampa del destino. Uno puede esperar una maniobra arriesgada de otro conductor, hasta puede intentar pasar a otro vehículo sin espacio suficiente, pero encontrarse con una mole de hierro que se cae de un camión, eso es impensado y fortuito.

EL CAMIÓN SIGUIÓ

Respecto al camión se sabe que no se detuvo, por lo que cabrían dos hipótesis: o bien su conductor no se dio cuenta de que se le había caído uno de esos cubos o de lo contrario se dio a la fuga. Una fuente policial nos decía ayer alrededor del mediodía que estaban abocados a dar con el camión, y a su vez consultar a la acería (de Bragado), para que ellos especifiquen el peso de la chatarra que entregó y cotejarla con la que cargó ese camión en su lugar de salida.

Finalmente pudieron determinar la identidad del camionero. Resultó ser Edgardo Oscar Unzano, de 47 años, domiciliado en Chivilcoy, quien manifestó no haberse dado cuenta del accidente. Algo extraño porque en el Clío de Boyero estaban las huellas de la pintura del camión al chocarlo, por lo que algo tiene que haber sentido.

Esas tortas o cubos compactados de chapas, hierros y residuos ferrosos, pesan algunas entre 500 y 1000 kilos, lo que puede dar una idea del impacto que sufrió el auto conducido por Boyero. Fue como chocarse contra una pared. Los destrozos en la parte delantera del Clío no dejan dudas sobre la brutal violencia del choque. Imposible salir vivo de algo así. Boyero presentaba un traumatismo craneano grave y otras muchas lesiones de carácter mortal. Al decir del Jefe policial que nos informó del accidente, «el conductor no sintió nada». Intervino la UFI Nº 3 a cargo del Dr. Blanco del Dep. Jud. de Mercedes, que dispuso le fuera practicada a la víctima la autopsia correspondiente.

UN EMPRESARIO CON FUTURO

Con Amílcar Boyero muere un empresario joven y reconocido en el rubro de la construcción, calificado como pocos, que contó en ese difícil arte con la experiencia y el prestigio de su padre Carlos Boyero. Ha realizado en Casares obras de real importancia y con frecuencia sus servicios eran requeridos de la Capital Federal, lugares de veraneo y otros, incluso en el exterior (Punta del Este, Uruguay). Precisamente en la actualidad había finalizado una obra encargada por el empresario Héctor Pisani, en Capital Federal. De allí regresaba cuando le ocurrió el accidente.

Casado con Claudia Cardozo y padre de dos hijos, Lisandro y Camila, ya tenía la felicidad, pese a su juventud, de tener 2 nietos y compartir con ellos muchos momentos de su vida.

Sus restos arribaron ayer a las .11 hs. a nuestra ciudad y fueron velados en Casa Vita para ser sepultados a las 18,30 hs. en medio de un multitudinario cortejo fúnebre compuesto por familiares, amigos y clientes, sumados todos al inmenso dolor que provocó su partida.

EL OESTE desea hacer llegar a la familia de Amílcar Boyero sus más expresivas y sentidas condolencias. Era un buen amigo, y como tal lo sentimos.