miércoles, 16 de febrero de 2011

editorial

Y si “privatizamos” simbólicamente las plazas?

Es evidente que el gobierno comunal está empeñado en recuperar, hermosear y darle vida a las plazas de la ciudad. Es así como algunas se ven prolijas, con el pasto cortado, los juegos infantiles en condiciones, cartelería y señalización moderna, mientras que otras en cambio están aún sin terminar pese a los años que pasaron desde que fueron construidas, y algunas presentan un lamentable estado de abandono, embadurnadas sus paredes con graffitis, sus juegos destruidos, que solo son visitadas por jóvenes durante la noche, en reuniones que hacen sospechar sobre la posibilidad de que consuman alcohol o drogas.

La atención y el cuidado de las plazas no es por lo tanto un problema menor. Además de costoso, la tendencia es que luego de haber sido puestas en condiciones no se pone el acento en mantenerlas y cuidarlas, disponiendo una persona de vigilancia o placero que eviten que sean dañados los bancos, juegos, la iluminación o la cartelería de señalización.

Años atrás la ciudad de Buenos Aires encontró la manera de lograr la atención y el mantenimiento de las plazas, algunas de las cuales fueron espectacularmente remodeladas, se veían limpias, dotadas de jardines, modernos juegos para niños, enrejado, impecables bancos y la presencia en horas claves de cuidadores para evitar la acción de vándalos. Para lograrlo se acudió a las grandes empresas. Y se puso en práctica la simbólica idea de privatizarlas. Les pidió su colaboración e hizo convenios por los cuales a dichas firmas se les adjudicaba una plaza con el compromiso de que se ocupen de su mantenimiento, hermoseamiento y cuidado, como una contribución a la ciudad. Es así que se logró no solo un embellecimiento de gran parte de las plazas de la ciudad, sino también la permanencia en el tiempo de las mejoras realizadas. Fue una muy buena idea, que incluso llevó a una suerte de competencia entre las empresas, las que se empeñaban en mostrar dichas plazas como un ejemplo de eficiencia empresarial.

¿No se podría hacer algo similar en Casares?. Las plazas no son muchas, tenemos empresas importantes que están en condiciones de tomar el compromiso social de servir a la comunidad, las cuales podrían tomar a su cargo la plaza que les sea confiada y dejarla impecable, atractiva para los niños, también para la vista y el espiritu, ya que son muchas las personas, además de los pequeños, que usan los paseos públicos para disfrutar de la naturaleza, sentarse en un banco, leer un libro o conversar con un amigo.

La comuna no puede hacerlo todo, así como los ciudadanos no podemos esperar todo de la comuna. La idea de compartir obligaciones, como en este caso, colaborando en la atención de los paseos públicos, redunda finalmente en beneficio de los propios vecinos.

Tiramos la idea, que no es nuestra, pero… ¿por qué no copiar aquello que ha dado buen resultado?.