No encontraron el capitel pero incautaron dos candelabros antiguos de mucho valor
Una delegación de Interpol y Policía Federal, ocho efectivos en total, retornó con una orden de allanamiento a la estancia «Mi Querencia» en cercanías de Bellocq, a fin de intensificar la búsqueda del capitel jónico que fuera robado presuntamente del Coliseo romano, de acuerdo a una denuncia formulada por el gobierno de Italia años atrás. La búsqueda volvió a ser infructuosa, el famoso capitel o columna no apareció, pero si en cambio lo que puede ser un hallazgo sospechoso, el de dos enormes y antiguos candelabros, a los que un perito allí presente les asignó un enorme valor en euros. Dichos candelabros se encontraban al aire libre en inmediaciones de un tambo, rodeados de un cerco de media sombra y cuatro palos («como un excusado» dijo nuestro informante), sin que nadie pudiera explicar las razones de su presencia allí. Por tal motivo los policías allí presentes decidieron incautarlos preventivamente y dejarlos en custodia de la policía local, hasta tanto puedan averiguar su procedencia. Son pesadísimos, más de 200 kilos, con un escudo labrado, perteneciente a una familia europea de abolengo, de 1,70 m. de alto.
LA MISTERIOSA ESTANCIA
Hasta ahora jamás se había hablado de esa estancia ni de su dueño, por lo menos en lo concerniente a los presuntos tesoros que allí habría. Habíamos comentado en edición anterior que la casa está repleta de valiosas obras de arte, en su mayoría pinturas y esculturas de culturas milenarias. Se sabe que su propietario es un español cuyo nombre sería Michael Cortés, importante coleccionista de obras de arte, pero no mucho más, ni tampoco porque se lo cree involucrado en la desaparición del capitel jónico. Es evidente que los efectivos de Interpol cuentan con información muy concreta, y eso es lo que los ha llevado a retornar a la estancia luego del primer allanamiento. Y no descartan -como lo puntualizamos en edición anterior- retornar a fin de realizar excavaciones en la búsqueda de esa pieza arqueológica de tanto valor histórico.
Se da el caso de coleccionistas que compran obras de arte robadas de gran valor, que atesoran en lugares secretos donde solo ellos las pueden admirar. ¿Es este un caso similar?. Por el momento nada se sabe, los allanamientos han dado negativos, por lo que no le cabe al propietario de la estancia imputación alguna. A menos -claro- que los candelabros hayan sido reportados como robados y él no pueda explicar la razón de su presencia allí.