sábado, 21 de mayo de 2011

editorial

VENTA DE MEDICAMENTOS SIN RECETA. ¿CASARES ESTÁ EN LA MEDIA DEL PAÍS?

Ha trascendido en diversos medios que la venta de medicamentos sin receta se ha intensificado en los últimos tiempos, a un límite tal que de acuerdo a datos estadísticos proporcionados por una consultora (IMS Health especializada en investigaciones de mercado), sobre 22.000 casos encuestados de compra en 421 farmacias de 18 ciudades argentinas, el 32% de los medicamentos de venta bajo receta se venden sin prescripción médica. Los fármacos más requeridos que se expenden sin receta, de acuerdo al informe de los encuestadores, son los antibióticos, los antirreumáticos, descongestivos, anticonceptivos y analgésicos, entre otros.

Referido al tema y con relación a la misma encuesta, el diario La Nación reflexiona de esta manera: «si usted le asegura a quien se encuentra detrás del mostrador de una farmacia que tiene todos los síntomas de una infección respiratoria, es muy probable que salga de allí con un antibiótico en sus manos. No importa si usted padece la enfermedad que dice tener, ni tampoco si cuenta con el aval médico (la receta) que constata que usted necesita un antibiótico. Los medicamentos están para venderse y se venden, aún sin cumplir con lo que dicen las leyes al respecto».

Todo esto, la encuesta referida y la reflexión del matutino nacional, nos llevan a pensar si en Carlos Casares ocurre lo mismo. Si por lo menos un 32% de los medicamentos de venta bajo receta, se venden sin la prescripción médica necesaria. Y abona un tanto esta teoría el hecho de que en estos pueblos el farmacéutico es un vecino más de la comunidad, conocido por todos y conocedor a su vez -por razones profesionales y sociales- de muchísima gente con la cual ha llegado a entablar una relación amable y amistosa.

Demás está decir que una droga que no ha sido prescripta, y que por obra de una automedicación es mal utilizada, puede provocar serios inconvenientes a quien la usa. Es común, muy común, que las personas se «pasen» el dato de tal o cual medicamento efectivo para tal o cual enfermedad, aconsejándolo en forma imprudente, pero si en la farmacia le exigieran el uso de la receta respectiva, de nada les valdría dicho consejo si no pasan por un consultorio médico. Claro que si nos atenemos a la reflexión de nuestro colega La Nación, la mayoría de los enfermos que concurren a la farmacia sin receta, salen con el medicamento solicitado.

Como generalizar no tiene sentido, esperamos que en Casares las cosas sean distintas. Que ese 32% de ventas de medicamentos sin receta aquí sea menor, pero por otro lado la experiencia nos dice que las estadísticas de ese tipo, con ligeras variantes, tienen alcance global.

De todas maneras el motivo de la presente es el de concientizar a aquellos que sufran alguna dolencia, que el paso por el consultorio médico es fundamental. Que no todos somos iguales, que algunos organismos toleran determinadas drogas y otros no, que existen contraindicaciones, etc. Pero también concientizar a los profesionales farmacéuticos que deben exigir en todos los casos, salvo en aquellos medicamentos que no lo exigen, la correspondiente receta. Ellos son además responsables del daño que un medicamento mal suministrado puede causarle a una persona.