martes, 24 de mayo de 2011

REPORTAJE A NORBERTO DE MARCO


“Voy a gritar hasta el último minuto de mi vida que soy inocente”

Entrevistamos a Norberto De Marco, condenado a 28 años de cárcel por el cuádruple asesinato de Virginia Peñaloza y sus tres hijos.

Decíamos en nuestra anterior edición que Norberto De Marco quería hablar pero… Y ese pero tenía que ver con la necesidad de consultar a su abogado. Condenado en juicio oral por un Tribunal de Trenque Lauquen a 28 años de prisión por el cuádruple asesinato de Virginia Peñaloza y sus tres pequeños hijos, aceptó finalmente hablar con El Oeste, con la condición de que grabáramos la entrevista y la transcribiéramos sin modificación alguna. Pidió la desgrabación de la misma, firmó el texto y nos solicitó una copia firmada del mismo.

Y esto nos dijo: “En primer lugar quiero agradecerles por él interés del periódico en entrevistarme. A decir verdad, a pesar de la requisitoria de todos ustedes, no me encuentro todavía en condiciones como para poder dar una nota públicamente ante un medio periodístico. Entiendo la labor de ustedes y la respeto por la objetividad que han tenido en toda la información periodística sobre mi caso, pero bueno, espero que comprendan que mi estado anímico no es el más acorde para exponerme a una nota públicamente, con la seriedad que el caso requiere, en función a lo que ha sucedido. He sido condenado por la justicia en los Tribunales de Trenque Lauquen, entiendo que muy injustamente, a pesar de que debo respetar la decisión de los jueces, que no la comparto, no la acepto, ni yo ni mi familia. Comprenderán que estoy con mis tres hijas, con mi esposa, con toda mi familia en este momento tratando de comprender por qué nos ha pasado todo esto, sin haber tenido absolutamente nada que ver, como siempre lo dije y lo sostuve.

Quiero esperar un poco más adelante como para dar una entrevista, ya que la semana que viene tenemos un paso muy importante que es la presentación de la apelación en la cámara de apelaciones, y a partir de allí, ver como sigue, sobre todo la vida para nosotros”. .

- ¿Esto ha producido un cambio rotundo tanto en vos como en tu familia?.

- Sí. Hay un antes y un después que quedará marcado de por vida, porque es muy triste y muy doloroso ser condenado injustamente. No soy responsable del hecho por el que se me ha condenado.

Respeto el dolor de las familias, he sido injuriado por parte de una de las familias, no por la otra, y por algún medio que sin antes haberse expedido la justicia, ya me estaba condenando y aún así no he hecho ningún tipo de denuncia por entender el dolor que la familia atraviesa, sin responder a algún exabrupto, tal vez hasta con mala fe sin tan siquiera respetar el dolor de mi familia, más allá de la creencia que pueda tener la familia damnificada sobre mi persona.

Creo que ha quedado demostrado sobre el proceso de investigación, a mi entender y al entender de mi abogado también, lo que ha sido el debate, y el juicio puntualmente, que soy inocente y a pesar de eso la justicia ha entendido todo lo contrario, fallando por unanimidad, que es otra de las cosas que me llama poderosamente la atención, cuando había otras líneas de investigación para por lo menos, ser investigada. Yo no soy de las personas que condeno a nadie, ni pienso mal de nadie, salvo que pudiese aportar o tener en mi poder las pruebas contundentes que me demuestren lo contrario. Quedó demostrado que había otras líneas de investigación y aún así los tres jueces entendieron que yo soy el responsable de este hecho, que soy el autor de esta tragedia, pero yo sigo sosteniendo, como cuando el presidente del Tribunal me dio la oportunidad de decir las últimas palabras como imputado, las mías fueron SOY INOCENTE y lo voy a gritar hasta el último minuto de mi vida. Por eso espero que ustedes comprendan que anímicamente no estoy en condiciones de exponerme a una nota periodística, quiero seguir respetando los parámetros judiciales y ver como encamino mi vida, ante un momento tremendamente difícil, ya que me he quedado sin trabajo, sin posibilidad laboral alguna. Apelo a la solidaridad de la gente, a quien pueda aportarme una idea de cómo continuar en esta situación tan difícil, porque te puedo asegurar que quienes somos padres, esta es para mí, una experiencia tristísima que me está tocando vivir, y más aún por haber sido condenado injustamente. Y digo que apelo a la solidaridad de la gente por si pueden ofrecerme alguna oportunidad laboral o por lo menos alguna idea que puedan aportarnos a mi y a mi familia como para saber como enfrentar esta situación. No quiero que se interprete que quiero dar lástima, o que quiero victimizarme en la situación. Estoy muy consciente de la gravedad del hecho que se me imputa pero también estoy muy consciente de mi inocencia.

- Norberto, sin tocar el tema del juicio, ¿cómo notas la sociedad hacia vos en Carlos Casares?

- Sinceramente no soy yo quien deba decirlo, pero la gente tiene derecho a condenarme como lo ha hecho la justicia o a pensar distinto. A decir verdad, por muchísima gente siento mucho afecto, gente que me brinda su cariño, su saludo. Soy consciente que ante una situación así nadie te va a traer una solución mágica y tampoco la pretendo, quiero seguir confiando en la justicia a pesar de haber sido condenado, y bueno, que sea la justicia que verdaderamente, tarde o temprano, pueda demostrar la verdad, pero en cuanto al afecto de la gente, lo que por ahí uno podría también presuponer que si sos condenado por la justicia, la gente tiene todo el derecho a condenarte, pero eso, la verdad no lo he sentido. Un agradecimiento general a la sociedad, a quien lo acepte, a quien me acepte como soy, a quien comprenda nuestra situación y también a quien piense distinto, porque soy muy respetuoso de las personas que, obviamente, si la justicia te condenó tienen todo el derecho a pensar que la justicia tiene razón.

Respeto también a los jueces, no comparto para nada en absoluto la decisión tomada, pero es obvio que no voy a hablar puntualmente del fallo, creo que más adelante hay mucho para hablar, pero estimo que éste no es el momento, al menos procesal, para hacerlo.

- Desde ya te agradecemos y esperamos tener esa próxima charla muy pronto.

- Ojalá que así sea, sigo con la frente en alto, sigo caminando por las calles de nuestra ciudad, la cual me vio crecer y por mi trabajo que ejercí, no sé si bien o mal, en el que pude captar adeptos y afectos, no digo de amigos, la palabra amigos es una palabra más profunda, pero sí de afectos que uno puede hacer desde un medio de comunicación, como lo hacen ustedes, como lo hace cualquiera, y que la gente te devuelve de alguna manera.

No sé cómo calificar esto que nos pasa, esta tragedia que nos tiene tan confundidos. A veces cuando me levanto pienso que es un sueño, que no es la realidad y después comprendo por otra parte la magnitud de la gravedad de haber sido acusado y condenado, todo esto te confunde pero no he bajado los brazos, ni me he escondido, ni me fui a ningún lugar, tengo tres hijos a quienes proteger, mi esposa, mis padres, mis hermanos.

- La gente, tus vecinos, tus amigos, ¿que te preguntan?

- La pregunta que muchas veces me hace la gente es: ¿por qué creés que pasó esto? Puntualmente en estas circunstancias en que estamos hoy, la verdad es que no sé responder. Siempre en todos los casos digo y contesto lo mismo, tal vez por haber querido salvar vidas inocentes estoy involucrado en esta situación ó qué tendría que haber hecho…. O qué hubiesen hecho ustedes en mi lugar???.

Sigo sosteniendo que no sé lo que haría hoy por hoy si me tocase enfrentar una situación así, porque no lo pensás, hice lo que la conciencia me dictó en ese momento, a riesgo de todo, sin pensar en lo que me podía venir a posteriori.

Solo Dios, y tal vez alguien, sepa lo que realmente pasó ese día. A mí se me intenta culpar de que escondo información, o que no dije la verdad, me pregunto…. ¿Qué más debo decir o hacer para demostrar mi verdad?… En todo caso debería haber mentido?… No, no mi querida sociedad, no soy yo quien deba inventar nada para descubrir lo ocurrido, y en todo caso me vuelvo a preguntar… ¿Quién me lo podría haber aconsejado??…

Solo me remití a decir la verdad, jamás inventaré nada de lo que no hice o de lo que no vi…

Voy a defender mi verdad hasta el último minuto de mi vida y bregar por el esclarecimiento de este hecho. Insisto, a pesar de haber sido sindicado como el autor de un hecho que según la justicia cometí, pero aunque deba pagar una condena injustamente, voy a gritar hasta el cansancio que soy inocente… No soy el autor responsable del mismo… y agradezco profundamente el accionar de mi abogado el Dr. Roberto Bigliani, que siempre me indicó el camino para enfrentar este proceso judicial, sin obstaculizar nunca jamás el accionar de la justicia y defendiendo a un inocente con mucha dedicación y sabiduría y a pesar del resultado, seguirá acompañándome hasta la última instancia… y un agradecimiento total para toda mi familia que me dan fuerzas para seguir luchando.

N. de la R.: Hubiéramos querido preguntarle a De Marco sobre lo ocurrido aquella noche trágica, pero se negó a responder, evidentemente aconsejado por su abogado. Lo notamos abatido, aunque por momentos intentaba demostrar lo contrario.

Sabemos que no tiene trabajo, que va a buscar a sus hijos a la escuela, que realiza las compras diarias aunque en realidad sale muy poco. Su familia paterna lo ayudaría a sobrellevar sus gastos ya que no tiene entrada alguna. Cuando se retiraba de nuestra redacción se cruzó con una señora acompañada de una joven adolescente que sería su hija. La mujer lo miró, esperó unos segundos a que De Marco se alejara y le dijo a la chica: “Ese es De Marco al que condenaron a 28 años de cárcel…”.