miércoles, 21 de septiembre de 2011

editorial

La próxima Fiesta del Girasol y el cambio de gobierno

Desde hace ya algunos años, la Fiesta Nacional del Girasol se celebra en el mes de enero. El año pasado tuvo lugar del 12 al 16 de enero, y si bien aún no se ha dado a conocer los días de realización de la XX edición, todo haría presumir que también está programada para el mes de enero.

Ahora bien, como todos sabrán el 10 de diciembre de este año tendrá lugar el recambio de autoridades municipales. Asumirá el intendente electo, que bien puede ser quien actualmente desempeña el cargo, que va por su reelección, con lo que no habría problema alguno, o alguno de los restantes candidatos, lo que sí traería aparejado algún tipo de inconvenientes, si es que su visión de la fiesta fuera otra, y tuviera en mente otro criterio con modificaciones sustanciales en su realización.

La solución a tal problema no es compleja pero sí exige un compás de espera hasta después del 23 de octubre, cuando sea elegido el nuevo gobernante. A partir de allí, si es que el que está y el que fuera electo no son el mismo, deberán en el mes y medio de transición llegar a un acuerdo para la realización del nuevo evento girasolero. Quién fuera electo deberá decir que tipo de fiesta quiere, proponer las contrataciones, ponerse de acuerdo con la comisión e incorporar nueva gente si así lo deseara. Y hasta posponerla si realmente estima que no tiene el tiempo suficiente para poder desarrollar su proyecto.

Todo esto se vería solucionado a posteriori, si la Fiesta Nacional del Girasol fuera autónoma, sin injerencia municipal, salvo el aporte económico necesario que se prevería en el presupuesto. Con una comisión integrada por vecinos emanados desde las instituciones, dejaría de tener el color del partido político que gobierna circunstancialmente Carlos Casares, para ser una fiesta de todos, de la que nadie se lleve rédito alguno, salvo la comunidad en su conjunto.

Debemos reconocer que en las últimas gestiones políticas, la fiesta tuvo continuidad y sus realizaciones fueron exitosas. Podrán haber gustado más o menos, pero se trabajó mucho y -como decíamos- en general se vieron enmarcadas por una gran respuesta popular y un saldo positivo.

Lo expuesto solo tiene la pretensión de exponer un problema que puede o no presentarse. Pero en caso de que así sea, las autoridades actuales y las que fueran electas, deben encontrar puntos de encuentro para que el máximo acontecimiento casarense no se vea empañado por las circunstancias.