miércoles, 5 de octubre de 2011

editorial

AVDA. SAN MARTÍN: Una polémica estéril.

¿Por qué no esperar que la obra se termine?

La obra de remodelación y hermoseamiento de la Avda. San Martín está en plena construcción. Un ejército de albañiles trabaja aquí y allá en la complejidad de un proyecto que pretende cambiarle la cara a la arteria más importante de la ciudad, intentando hacerla más hermosa y funcional. Los vecinos pasan, observan los trabajos que se realizan en las esquinas, las glorietas, las nuevas veredas, e intentan imaginársela terminada, de una sola mano, pero no alcanzan a formarse una idea completa del proyecto y su funcionamiento. Y obviamente polemizan criticando, apoyando, y sacando conclusiones .

Están los que tienen una actitud más contemplativa y piensan que el proyecto fue diseñado por profesionales, que han estudiado los pro y los contra, y que tienen el convencimiento que el cambio además de estético tendrá un efecto positivo en lo que hace al tránsito favoreciendo su circulación y ordenamiento.

En cambio otros vecinos consideran que angostarla ha sido una barbaridad, cuando la cantidad de vehículos es cada vez mayor y el tránsito es cada vez más denso. Tampoco entienden para que se la hace de una sola mano, siendo que la calle Maipú que es la que concentrará la mayor parte de la circulación hacia la Avda. 9 de Julio, se saturará completamente, especialmente en horas pico cuando el comercio y los bancos funcionan a pleno. Un problema que también se presentará los domingos, cuando cientos de vecinos en sus automóviles y demás vehículos pasean en la zona céntrica.

Pero aún así la polémica es estéril. La obra va viento en popa y solo cabe esperar que se termine. Estéticamente será sin duda alguna un cambio atractivo. Sus veredas nuevas, las enredaderas en las glorietas, los bancos y seguramente la predisposición de los vecinos en el arreglo y mejoramiento de sus comercios y viviendas, le conferirá a la tradicional avenida un nuevo y mejor aspecto. La gran incógnita tiene que ver con su funcionamiento y las implicancias que pudiera tener en el funcionamiento del tránsito urbano. Y en el caso de que se presenten los problemas que algunos preanuncian, habrá que hacer las rectificaciones del caso.

Abrir el paragüas antes que llueva no conduce a nada. Y menos aún en tiempos electorales .