Hace ya varios años que no se ve ni un piujuju en Casares
Dicen que el carnaval ha muerto, pero sin embargo son cada vez más las ciudades que lo impulsan con corsos, comparsas, murgas y atractivos, convirtiéndolo en una suerte de expresión turística, tal el caso de Lincoln, Chivilcoy, Gualeguaychú, Esquina y tantos otros lugares que promocionan la fiesta del carnaval.
En Casares sí que ha muerto, nada queda de aquellos multitudinarios corsos en la Avda. San Martín en los que la población se volcaba para aplaudir las máscaras, carrozas, comparsas y murgas que ponían la nota alegre y colorida de una decena de noches, a cual más divertida y concurrida. Las últimas veces que intentaron reverdecer aquellos carnavales, solo lo lograron en parte, con escasa concurrencia de público y menos aún de mascaritas. comparsas y carrozas. Los únicos que se divertían eran los chicos, trenzados en guerras de espuma y pare de contar. Ni una momia, menos aún los gauchos culones que con una fusta castigaban a todo el mundo. Tampoco los diablos, ni los enfermeros, ni las víboras que metían terror a los pibitos, y ni que hablar del sapo, que de tanto saltar terminaba extenuado.
¿QUÉ HARÁ TORCHIO?
Intendente nuevo hay, no sabemos si corsero... habrá que preguntarle. No estaría mal que impulse los carnavales en Casares y que anime a las instituciones a preparar murgas o comparsas, que ponga buenos premios a las máscaras y que haga mucho barullo para lograr la concurrencia de tanta gente nostálgica que añora los corsos y hasta los bailes de carnaval.
Vamos don Walter, póngase la careta, agarre la matraca, sople la corneta y saque su veta fiestera para trasmitírsela a sus vecinos. Hay demasiado aburrimiento en este pueblito.
