sábado, 28 de enero de 2012

TRASPLANTADO DE HIGADO, NOS CUENTA SU ODISEA…


Lucas Jorge Sarobe, fue trasplantado de hígado en el Hospital Italiano hace un poco más de 2 meses, y en plena recuperación, nos relata con lujo de detalles, lo que le tocara vivir.

Lucas Jorge Sarobe Odo, casado con Amelia Tarquini y padre de Betiana y Ezequiel, vivió una verdadera odisea que, afortunadamente, nos relata con lujo de detalles.

Pero vayamos por partes, digamos, a guisa de presentación y para mejor identificación de esta persona muy conocida en nuestra sociedad, que trabajó muchos años en el Taller Benfenatti, con Néstor Benfenatti, hasta que éste cerrara y que luego de un tiempo se iniciara en el ramo de venta de repuestos en la Avda. Maya 315 con su negocio llamado “Beze” (de Betiana y Ezequiel, el nombre de sus hijos) Y que hoy, a raíz de estos problemas de salud que veremos a continuación, está a cargo de Ezequiel, que debió renunciar a su trabajo en el Molino para hacerse cargo del negocio de su padre.

“SU HIGADO NO TIENE VUELTA Y VAMOS A TRASPLANTAR”

Es el mismo Jorge Sarobe, como lo conocen mayoritariamente en nuestra ciudad, quien con lujo de detalles y mostrando una total recuperación del difícil trance que le tocara vivir, nos narra:

“Tenía unos problemas, calculábamos, de vesícula. El Dr. Layana, con muy buen criterio, hizo todo lo necesario y se encontró un problema de vesícula y de hígado y me opera, pero notó que el hígado estaba de una forma muy extraña y me dijo: “tu hígado es una piedra”. Me tranquilizó y me derivó a un centro que según su opinión está “dentro de lo mejor en Argentina, en este tipo de tratamiento”., aconsejándome “escuchá y analizá todo lo que te dicen y antes de dar una respuesta, pensalo bien”

Estábamos en julio de 2011, me llevaron en una ambulancia desde el Hospital local hasta el Hospital Italiano, en la Capital, donde me revisaron unos especialistas hasta que se hicieron cargo en Patología. Uno de los especialistas, en determinado momento me dijo “Ud. está acá porque estamos haciendo una evaluación pre trasplante”. Fue la primera vez que me mencionaron esta palabra. Y agregó “su hígado no tiene vuelta, no se recupera más, así que vamos a tener que poner otro nuevo, vamos a conseguir un hígado y lo vamos a trasplantar ”. Ellos hablaban como si fueran a hacer un cambio de cubiertas o de aceite, y a mí no me quedó otra alternativa que aceptar la situación”

EL 20 DE NOVIEMBRE LO

TRASPLANTARON

Con tranquilidad, pero con seguridad, sigue su relato Lucas Jorge Sarobe:

“Me explicaron el motivo de mi situación:

“Ud. tiene una cirrosis total que nunca se le declaró pero que viene trabajando en silencio por mas de 30 años. Muy posiblemente a raíz de una operación de pulmón que me hicieron en el setenta y pico, con transfusiones de sangre directas,. donde se originó este tema..Yo nunca tuve síntomas ni problemas, hasta este momento” Comenzaron a hacer los estudios y me pusieron en lista de espera. Se me produjeron dos crisis, donde quedaba borrado, era como un zombi. Me trataron rápidamente y pude salir. Me hicieron gran cantidad de estudios, y allá por setiembre me pusieron en lista. Me radiqué en Buenos Aires, porque era necesario estar cerca para cuando llegara el momento de trasplantarme.. Yo tengo una mutual que me cubre los gastos de la enfermedad pero el alquiler, que no es barato, lo debí afrontar por mi cuenta. El 20 de noviembre, me llamaron del Hospital Italiano y me prepararon para cirugía, a la una de la tarde.. El Dr. Ciardullo fue el encargado de la operación. Me sacaron mi hígado y me pusieron uno nuevo e íntegro. Un día y medio después desperté en la Sala de Terapia Intensiva. A mi me parecía que habían pasado unos minutos. No sentía ningún dolor, y el Dr. me cargaba y me decía “duro el indio”.

Estuve una semana allí y luego me pasaron a una sala de Terapia Intermedia otros días y para las fiestas de Navidad, y luego en Año Nuevo, me dieron permiso para venir a Casares. Debo viajar periódicamente para controlarme. Ahora, debo estar allí el 7 y 8 de febrero”

UN GRAN SUSTO, PERO CON UN FINAL FELIZ

Con una sonrisa, como quien recuerda una travesura, nos cuenta, finalmente Jorge Sarobe:

“Un día saliendo del Hospital me sentí un héroe y salí caminando adelante, solo., tropecé y me caí.. Me di un porrazo que me hizo pensar que todo se había ido al diablo. No, gracias a Dios no tuve nada más que un corte en la frente, que me hicieron los anteojos. Fuimos a Guardia y afortunadamente no había nada serio. El médico que me atendió me dijo que me viniera a Casares, que lo pasara con tranquilidad y que me hiciera ver por algún profesional. El Dr. Edgardo Aronskind me sacó unas placas y vio que tenía dos costillas fisuradas. Así que ando fajado, por las heridas, pero también llevé una faja un tiempito, por las costillas. Ahora ando bien, me cuido mucho, debo hacer un régimen de comidas, pero según el Dr.Ciardullo, para mi cumpleaños, el 23 de setiembre, voy a poder comer un buen asado. No sabés como lo espero…”

Cuando nos íbamos, nos dijo, con una sonrisa, “DURO EL INDIO”…