Tiene 98 años, fue maestra en Moctezuma y continúa trabajando en su estudio jurídico
Vecinos de esta ciudad, lectores ávidos y buceadores de nuestra historia lugareña, suelen acercarnos con frecuencia noticias referidas a ex-vecinos que se destacan por su actuación en distintos ámbitos del país. Una de esas «perlitas», llegadas desde la generosidad de un valioso colaborador de El Oeste, se refiere a la educadora y abogada Berta Goligorsky, nacida en Quiroga el 11 de Julio de 1911, hija de Israel Goligorsky y de Clara Repetur, maestra de la escuela Nº 150 de Moctezuma, que hoy a los 96 años de edad continúa trabajando en su estudio jurídico, ejerciendo la loable especialidad como defensora de los más humildes. Nuestro colaborador nos acerca una interesante nota aparecida en el Nº 301 (2008) de la revista «Uno Mismo» en su sección «Mujeres en el Mundo».
Antiguos vecinos de Moctezuma que pasaron por el aula de Berta Goligorsky, la recuerdan hoy con infinita ternura, describiéndola como una mujer de mirada clara y gestos suaves, que transmitía amor y calidez.
Esta es la nota que le dedicara la mencionada publicación:
MUJERES EN EL MUNDO: Berta Goligorsky
UN EJEMPLO PARA CELEBRAR
Es abogada, tiene 96 años y desde hace 58 años asesora y defiende a los más humildes
de entre los humildes. Una historia conmovedora de amor y servicio.
He tenido mucha suerte en mi vida", afirma
Él nunca lo supo, ¡pero yo hubiera pagado para tragar allí!. Así es como ingresé al Instituto y transcurridos los primeros tres años, pasé a formar parte de la planta estable. Allí trabajé hasta 1980 y fueron años fantásticos. Era maravilloso poder ayudar a toda esa gente. Solucionar los conflictos que afligían a tantas personas fue mi gran premio porque ¿quién dijo que el éxito tiene que traducirse necesariamente en dinero? Nadie puede pagar la satisfacción que me causó hacer este hermoso trabajo porque a la vez que atendíamos las necesidades de litigar y de defensa de los ciudadanos, también formábamos a los alumnos que venían al Instituto".
Con el tiempo
Cuando hablamos de su vida personal, me dice que le hubiera encantado casarse y tener hijos y muchos nietos, pero lo cierto es que eso nunca "se dijo" por lo que se dedicó a viajar por el mundo cada vez que pudo. Como resultado de sus viajes publicó dos libros, Vagabundeando por el Lejano Oriente y Hawai (1977) y Vagabundeando por Polinecia, Oceanía y Asia Tropical (1979). "Aunque no lo crea" cuenta Berta con picardía "treinta años después, para Navidad, sigo intercambiando postales con algunas de las personas que conocí en mis viajes. Hoy mi vida es muy distinta porque hace tres años me caí y me rompí la cadera, por lo que ya no litigamos en Tribunales, una pérdida enorme para mí. Por eso ahora nos dedicamos exclusivamente al asesoramiento y el que quiera nos puede encontrar en el estudio de lunes a jueves por la tarde". Cuando le pregunto cómo logró llegar a su edad con tanta salud, se encoge de hombros y dice que es vegetariana desde hace 50 años porque no quiere matar para comer cuando puede alimentarse perfectamente con frutas, verduras, cereales y yogurt. Antes de irme me confía su último deseo: "Terminar mi vida sin molestar a nadie, sin molestarme a mí misma y pasar del sueño corto al sueño largo".
Que así sea.