Un litigio en Bellocq que parece no tener fin, y que ya entra en el terreno delictivo
LE INCENDIARON UNA VIVIENDA AL DELEGADO SCONFIANZA. CULPA A SUS VECINOS.
En nuestra edición del sábado 19 de abril de 2008 nos hicimos eco en primera página de un hecho policial sucedido en la localidad de Bellocq, el que afectaba al Delegado Municipal de la misma, Sr. Miguel Sconfianza (45). De acuerdo a la denuncia, Sconfianza había sido atacado a trompadas, patadas y con una horquilla, por sus vecinos Domingo Tóffolo (63) y su hijo César (25), los que le dieron una feroz paliza, que coronaron con un violento palazo en la cabeza. La crónica de aquel entonces decía que los nombrados prácticamente comparten un campo en
En aquella oportunidad, siempre según el informe policial, Sconfianza fue agredido por los Tóffolo, padre e hijo, cuando se encontraba cosechando junto a su hermano. Sconfianza terminó en
DENUNCIA QUE LE QUEMARON
El sábado por la mañana visitó nuestra redacción una vecina de esta ciudad, emparentada en forma directa a los hermanos Sconfianza, para avisarnos que una casa propiedad de ambos hermanos, en un campo pegado al que las dos familias se disputan, había sido incendiada en forma intencional por alguien que ingresó a la misma prendiendo fuego parte del mobiliario (cortinas, televisor, sillones, etc., sin que las llamas se propagaran al resto de la vivienda, como parecía ser la intención del incendiario. Obviamente los Sconfianza culpan del hecho a sus enemigos los Tóffolo, con lo que la disputa que ambas familias mantienen se agrava cada vez más, y ya alcanza ribetes delictivos. En la denuncia policial no pueden asegurar que hayan sido sus vecinos los autores del incendio, dado que nadie los vio, pero hacen directa mención al litigio que mantienen y a la enemistad manifiesta que se profesan.
La policía investiga, pero más allá del hecho ocurrido, todo indica que la rivalidad entre los Sconfianza y Tóffolo puede llegar a terminar mal, si es que no median elementos que recompongan una situación tan deteriorada.
Que no ocurra lo de Montescos y Capuletos...