Lo resumimos con la inmediatez y la síntesis propia de una nota periodística. Llamamos «bochos» a un grupo de alumnos del ex-Colegio Nacional que clasificaron para
La conquista de ese grupo de jóvenes adolescentes, comprometidos con la investigación y el estudio, debe ser merecedora de los mejores elogios, al igual que el grupo de profesores coordinador de los trabajos y orientador de sus vocaciones.
Con frecuencia se ha denostado a la escuela secundaria por considerarla deficiente en la formación de los alumnos en su antesala al ingreso universitario. Se ha generalizado injustamente sin detenerse a observar que existen también valiosos grupos de estudio en el alumnado, y eficientes maestros idóneos en su trabajo de modelar capacidades e insertarlos en el camino del estudio, en respuesta a un mundo cada vez más competitivo y exigente.
Celebremos entonces la buena noticia, démosle el lugar que se merece en la crónica periodística, para que también sea parte importante de la diversidad de ese combo diario de acontecimientos que con frecuencia suele amargarnos la vida. Una buena noticia no solo puede mejorar nuestro humor, sino mostrarnos que detrás de tanta tragedia hay buenas cosas que nos hacen mirar hacia el futuro con fe y optimismo.