miércoles, 14 de mayo de 2008

ACUSA AL CUÑADO DE SU MADRE

Menor de 15 años dice haber sido violada

En la comisaría local se presentó una vecina apellidada Lucero en compañía de su hija de 15 años, la que denunció haber sido violada por un sujeto al que identificó como Hugo Leonardo Diz, hermano de la persona que vive en pareja con su madre desde hace 11 años a la fecha. La menor manifestó que el domingo, siendo las 12,30 hs. fue a su casa el mencionado Diz, con quien tienen una muy buena relación y se quedó a almorzar. Que ella tomó un vaso de fernet con coca cola y que al terminar de almorzar se sirvió otro, quedándose de sobremesa. Momentos más tarde se retiraron del lugar su madre y sus hermanos, quedando ella con su padrastro y el hermano de éste Hugo Diz, hasta que pasados unos minutos el mismo la invitó a dar una vuelta en moto, no sin antes pedirle que se tome todo el vaso de fernet, lo que ella hizo.

NO LE CAYÓ BIEN LA BEBIDA

Dieron una vuelta en la moto, ella le dijo que no se sentía muy bien, que la lleve a la casa, pero Diz se negó y la llevó hasta el boliche de Cabrera, pero al pretender bajar de la moto ella se cayó golpeándose «la cola» con una pared. Como el negocio estaba cerrado, fueron a la casa de una vecina en la que la chica vomitó porque se sentía muy mareada. Allí volvió a decirle que la lleve a su casa, pero él se negó diciéndole que la iba a llevar a la casa de su hermana Cecilia para que se quede a dormir allí. Fueron, pero su hermana no estaba, razón por la cual Diz le dijo que le iba a enviar un mensajito con su celular a su hermana para que fuera. La hizo acostar junto a una pileta en el patio de la vivienda, donde ella se quedó dormida.

SE DESPERTÓ CON EL ARRIBA

Dice la menor en su denuncia que en un momento lo sintió a Diz arriba suyo, y que le había bajado los pantalones y la bombacha sin sacárselos, como así tampoco las zapatillas. Lo sacó de encima de un empujón, y se incorporó, dándose cuenta de que había sido penetrada, no pudiendo determinar si el había eyaculado. Dice que intentó disparar pero él la tomó de los pelos y la amenazó con ahogarla, tratando luego de tranquilizarla. Acto seguido la subió en la moto y, en lugar de llevarla a su casa, la condujo a una quinta abandonada en las inmediaciones del cementerio israelita con alguna intención que ella no alcanzó a precisar, para decirle finalmente que la iba a llevar a la casa de su abuela, dejándola en la esquina. Ella le dijo que le iba a contar a su madre lo sucedido y él contestó que no le importaba, que le cuente si quería. Ella manifestó a la policía que le tenía miedo porque sabía que estuvo en la cárcel por la muerte de una persona.

La policía investiga, tratando de aclarar algunos puntos oscuros o confusos en el relato de la menor a fin de confirmar la veracidad de sus dichos, dado que en caso de comprobarse el delito de violación o estupro, la pena para quien lo comete es la cárcel. La historia parece no cerrarle ni a la policía ni a la justicia, la encuentran inverosímil, no entienden cómo después de la violación la chica siguió paseando con él, o por lo menos no se resistió arrojándose de la moto o pidiendo auxilio. También les extraña que la ropa de la chica no haya sido desgarrada cuando presuntamente fue violada, y cómo en su piel ni en su vagina hay huellas de violencia, algo que es muy común en las violaciones.

PURGÓ UNA CONDENA

Hugo Diz pasó un tiempo en la cárcel condenado en calidad de instigador junto a otros cómplices por el homicidio del recordado vecino Argemiro Martínez a quien el 15 de enero de 1994, asaltaron y dieron muerte de un certero escopetazo. Los autores fueron tres, dos de Pehuajó, Ángel Javier Tabaroza (el matador) y Leonardo Gabriel Herrera, y Hugo Diz de Casares. Se dijo en aquella oportunidad que en pleno asalto Diz se arrepintió pero su cómplice disparó un balazo para llamarlo a la realidad.