sábado, 12 de febrero de 2011

JORGE ALBERTO RADRIZZANI


Falleció el martes 8 a los 79 años quien fuera prototipo de médico y amigo.

Los distintos hitos que el ser humano va plantando en el camino que recorre, serán, con el transcurrir del tiempo, las señales luminosas que alumbrarán la larga noche de la ausencia...

Pero, a su vez, esos hechos, que se llamarán recuerdos, como flores perfumadas de nostalgia del jardín de la existencia, serán la apacheta que señalarán el sendero recorrido, para que lo puedan seguir quienes vienen detrás, teniendo al predecesor como ejemplo y guía.

Eso es lo que llaman experiencia y vida...

Ese es el caso, con seguridad, de Jorge Alberto Radrizani, médico, amigo y gran persona.

Siendo joven, llegaba un día a la localidad sureña casarense de Ordoqui, y allí instalado con su familia, con el flamante título de Médico bajo el brazo, comenzó a ejercer su apostolado heredado de Galeno, y que lo hizo el amigo de todos, más que el médico. Y como René Favaloro aquel inolvidable médico rural, empezó a escribir una historia que tendría páginas de notoria humanidad e imborrables hechos de vida.

Pero un día, con el comprensible afán de progreso, se trasladó a Carlos Casares, donde instaló su consultorio. Ordoqui aún no se resignó de su ausencia...

Aquí, con su bohonomía, su corrección y cariño, fue ganando pacientes y amigos. Incluso, durante el gobieno comunal de Hérctor Miró, fue Secretario de Salud de nuestro Municipio, mostrando sus conocimientos y humanos sentimientos para un mejor funcionamiento del sistema de salud.

Por esas cosas de la vida, el camino que recorriera junto a su esposa Emilce y sus tres hijas, se vio interrumpido y, tal vez buscando nuevos horizontes para su vida, comenzó un nuevo camino familiar con quien sería su compañera hasta el momento de su partida, Marta Gaich.

Su consultorio de la calle Brandsen era constantemente visitado por un gran número de pacientes, que con la fe sacrosanta que como profesional se había hecho merecedor, concurrían en busca de alivio a sus pesares. Y allí encontraban, además de su capacidad de médico el cariño y comprensión de un amigo.

Pero, lamentablemente, él que había dedicado minuto a minuto, su existencia en el alivio de los males físicos, y hasta del alma, de infinidad de casarenses, comenzó a sentir en su organismo la presencia de dos terribles males que le significaron un lento y largo calvario...

El Honorable Concejo Deliberante aprobó una Ordenanza, nominando con su nombre a la Unidad Sanitaria de la localidad de Ordoqui, que no solamente emocionó hasta las lágrimas a los vecinos de dicha localidad sino que significó un acto de verdadera justicia para un médico que dedicó muchos años de su vida al cuidado de la salud de los vecinos del sur de nuestro partido.

Viviendo dolorosamente sus últimos días, postrado y viendo apagarse lentamente su historia de vida, Jorge Alberto Radrizani, escribió la última página de su libro de existencia el martes 8 de febrero, cuando su alma buena elevó su vuelo hacia los celestes espacios de los elegidos. Falleció el mismo día que una de sus hijas cumplía años.

En el acto póstumo de su velatorio y la inhumación de sus queridos restos mortales, el dolor de sus pacientes, amigos y vecinos se vio reflejado.

Fue sepultado en el Cementerio Municipal de Carlos Casares el mismo viernes 8, a las 18,30 hs., previo acto religioso rezado en la Iglesia Parroquial Muestra Señora del Carmen.

Que Dios dé a Jorge Alberto Radrizzani la paz que su alma buena y su accionar en la tierra se ganaron...