Esta vez no hubo quejas. La carne está más cara
Tradicionalmente, todos los años con la llegada de la Semana Santa y el obligado consumo de pescado para aquellas personas que guardan la liturgia cristiana, se habla de los altos precios del pescado, con frecuencia inaccesible para las clases menos pudientes. En cambio este año no hemos recibido quejas, los precios al parecer han sido módicos y por lo visto todo el mundo ha podido consumir pescado. Debemos decir también que por fortuna Casares cuenta ahora con pescaderías muy surtidas, a las que se le agregan las ofertas ocasionales de los super y autoservicios.
Y aquellos que reniegan de las tradiciones cristianas, los mismos que para estas celebraciones decían a manera de desafío: «yo me como un flor de asadito», ahora, si quieren hacerlo, deberán arremangarse y pagar los altos precios de la carne, antes reservados para el pescado.
Y como la cosa siga así, muy pronto en los restaurantes se podrá escuchar: «¡marche un filet de merluza a caballo con papas fritas!».