viernes, 8 de julio de 2011

EDITORIAL

Será «políticamente incorrecto», pero el sorteo de las viviendas es una medida ejemplar

Decíamos «Argentina año verde», al referirnos en nuestra anterior edición a la decisión adoptada por el intendente Seraci de sortear ante escribano público la adjudicación de las 50 viviendas construidas por el Plan Federal. Una determinación «políticamente incorrecta» a la luz de lo que ha venido ocurriendo en los últimos años, en las que la adjudicación de las viviendas, si bien estaba a cargo de una comisión, existía el «dedo» político para beneficiar a compañeros, correligionarios, amigos, hijos y entenados, algunos merecedores de un techo y otros no tanto, pero que por su cercanía al poder podían lograrlo. Picardías de la política...

En cambio ahora el intendente parece haber dado por tierra con esa metodología perversa que discriminaba a propios y ajenos, y decidido que la inclusión y la igualdad social vayan de la mano de aquellas realizaciones políticas tendientes a solucionar los problemas de los más necesitados, haciendo abstracción de toda intención partidista.

Se trata de una metodología que libera a los ciudadanos de la humillación de tener que comprometer su apoyo al gobernante de turno, y considerarse merecedores del alcance de cualquier política social, sin importar el color político de quien la instrumenta.

Es probable que por la vecindad con las elecciones algunos consideren la decisión del intendente Seraci como una medida demagógica, pero debe tomarse en cuenta que este es un camino que no tiene retorno, ya que a partir de ahora toda decisión que se tome en contrario será duramente cuestionada, se exigirá transparencia y justicia social, no habrá más lugar para el favoritismo y la discriminación. Sentado ese precedente, volver hacia atrás sería desandar el camino de la legalidad, y aquel que lo haga se verá jaqueado por el ejemplo de los que no lo hicieron.

Enhorabuena que un gobernante haya decidido cambiar una norma cuestionada, e introducir un nuevo mecanismo que desprecie los vicios de la política e instale la igualdad como una premisa fundamental de su gestión.